RAMADAN MUBARAK
En el nombre de Dios. El Clemente. El Misericordioso.
El Ramadán, no solo es un mes de ayuno, es un periodo de tiempo para la reflexión, un espacio para la acción que explora la intimidad que navega por aguas profundas de la espiritualidad.
El Ramadán está concebido para la frugalidad y el cuidado en el comer, el desapego de los deseos, la práctica de la no violencia, el rezo continuado, el Dhiker en la remembranza de Al-lah.
El Ramadán es un proceso de depuración integral, del cuerpo la mente y el espíritu, no como una circunstancia o mérito, o algo transitorio que implica la acción de un principio externo, sino como un acto inmanente, profundo e intrínseco a la calidad del Ser, que se encuentra indeleblemente unido, de forma inseparable a su esencia, para cuando el tiempo de ayuno llegue a su fin, nos ha de servir para sentirnos inmensamente más fuertes, con una voluntad decidida y con el corazón henchido de amor, no solo por nosotros sino por todas las almas del mundo que nos rodea.
Ángel Lafuente Laarbi-Rommani