Autor: Ángel Lafuente Laarbi. Sufí, gnawa.
“Yo sigo la religión del amor, en cualquier dirección que lleven sus cabalgaduras” (Iben al Arabí)
Decir Sufismo, es hablar del corazón del Islam, de una dimensión interna que hace que la fuerza profunda que crece en el Ser lo conmueva y le haga crecer transformándose conforme va adentrándose en la belleza divina de sus enseñanzas.
Sufismo es la Oración del Corazón, es intimidad, recogimiento, silencio, sosiego, música, tumulto, danza. Dhiker, amor a Dios, al prójimo.
Sufismo experiencia, “Saber y no hacer es no saber aún” La existencia del sufí es la vida desde el trabajo práctico, estar presente, en el momento que se está produciendo la acción, no existe otra acción que la que se produce en el instante que se ejecuta, la mente está en el presente, no en el pasado, no en el futuro, está en la responsabilidad del espíritu en el lugar que se está dando la acción y se está actuando con todos los sentidos puestos en la misma y en el mismo instante que se ejecuta, hagas lo que hagas.
Pero se necesita paciencia, esperanza y gratitud. Mente, cuerpo y espíritu en el trabajo, pues este te enaltece en el camino hacia Dios, pues en El debes poner el corazón tanto cuando reces o cuando trabajes, convierte en oración todas tus acciones.
Las Hermandades Sufíes Gnawas, conforman la rama chamánica del sufismo, maestros sanadores que conocen los secretos que conducen hacía la curación de las enfermedades del alma, pues, sanándola se llega a la sanación de las dolencias corporales resultantes del caos y la pérdida del Ser.
Las danzas Gnawas de Trance Cinético, se convierten en actos para la expansión de la conciencia desde el conocimiento profundo del cuerpo, de sus campos energéticos sacudidos para que despierten y se atrevan a vivir.
Trance de los siete colores. Noche de la Derdeba. Los hijos de la noche (Lila) músicos embriagados por la idea de Dios. Vibración, fuerza que danza, expansión, visión interna, contacto con lo profundo de uno mismo. Éxtasis, amor, sanación, danza que te transforma, karkaba, gimbri, tambores ferradis y gongas, música para el cuerpo, para que lo habites y lo conozcas, para que te puedas conocer en la unidad de todo tu Ser.
Siéntete cuando bailas y percibirás los reflejos de Dios en ti, cuando transformes tu danza en oración.