ESPIRITUALIDAD IV
¿Por qué, el mensaje de un Dios justo, clemente, magnánimo, reparador y misericordioso, con una energía amorosa inagotable, ha sido tan erróneamente entendido? ¿Por qué la conciencia de un Dios, de, y, para todos, ha sido tan poco integrado o tergiversado? ¿Por qué la ignorancia, la confusión y el desencuentro nos encamina a la defensa de una ideología religiosa mediante la utilización indiscriminada de la violencia? Es decir, ¿Que, siendo fanáticos, intolerables, extremistas y crueles, servimos y engrandecemos a Dios? ¿En nombre de que Dios, nos sentimos diferentes a los demás? ¿No sabemos, que, en el momento en que establecemos una diferencia, estamos creando un conflicto? Es, desde mi punto de vista, que, en esa diferenciación, en si misma, está encerrada la violencia más execrable, y, jamás puede hacerse desde una ideología sea cual sea su filosofía, y, mucho menos, en el nombre de Dios.
Si mi dios es mejor que tu dios. Y tu dios es mejor que mi dios, ninguno de nosotros es merecedor de tener a Dios.
Atentamente:
A. L. Laarbi