ACEPTACIÓN
En el nombre de Dios. El Clemente. El Misericordioso.
Si hay una palabra llena de significado, y, de un conocimiento profundo, no solo del poder interno del Ser, sino de la percepción inteligente del mundo que nos rodea, es el vocablo: aceptar.
Esta locución en si misma, es transformadora y alquímica, es conciliadora, sanadora y reconfortante, y, si la llevamos a la conciencia de darnos cuenta de que lo primero que deberíamos aceptar es nuestra realidad, y nuestra forma de conducirnos, podríamos comenzar a transitar senderos de cambio, y, esto, sin lugar a dudas, supondría una mayor presencia espiritual, pues una vez que comenzáramos esa andadura, veríamos con asombro que extenderíamos nuestra aceptación a todos los seres humanos sin excepción de raza, religión o género, nunca nos pondríamos por encima de nada ni de nadie, pues toda la creación que se ha puesto a nuestro cuidado merece toda nuestra atención.
Aceptar, no rechazar, amar, no odiar, acoger, no expulsar, compartir, no acaparar, conocer, no ignorar.
¡Hay tanto que aprender de la palabra aceptar!